Ubicada en la emblemática zona de la ex aduana de Rosario, este espacio contrasta con el bullicio y el caos diario de las calles de la ciudad. El mismo fue proyectado para transmitir armonía, calidez y bienestar, ya que se trata de un consultorio de una psicóloga. El recurso más importante fue la utilización de una escala cromática muy acotada, entre blancos y grises, con la intención de ampliar el espacio y a la vez generar una atmosfera que transmita a los pacientes tranquilidad.
Las piezas de diseño y el mobiliario, diseñado y ejecutado por Darkhaus, aportan la cuota de sofisticación a todo el conjunto. Las obras de arte fueron minuciosamente seleccionadas para que no contrasten en la totalidad. Dos espacios se destacan por su materialidad, la pequeña kitchenette y el baño, proyectados y ejecutados en mármol de mandala. Todas estas acciones transforman este espacio en un refugio para cuidar la mente y reflexionar.